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Camí de l'Horta
miércoles, 21 junio 2017 / Publicado en Notícies

La agricultura ecológica es un arte, somos artesanas.

Entrevista a Susana Ferrando y Manuela Molina, agricultoras ecológicas de Godella y creadoras del proyecto Agrofever.

Susana Ferrando, 35 años, nacida en Godella, es doctora en Filosofía, con una tesis sobre el Feminismo. Manuela Molina, 36 años, es de Almería y es titulada en Trabajo Social. Cada una de ellas ha trabajado en su campo profesional durante algún tiempo. Se conocieron en las acciones de movimientos sociales de carácter reivindicativo. Y desde hace un lustro labran, siembran y cosechan juntas en un proyecto de agricultura ecológica en l’Horta Nord de Valencia, en el término municipal de Godella. El proyecto tiene el nombre de Agrofever.

Además de practicar la agricultura ecológica, Susana y Manuela mantienen la bandera de la agroecología, que es un paso más, un compromiso con la producción y venta local, la promoción de los pequeños agricultores y de las asociaciones de consumidores que comen sano y dan de comer a los que hacen crecer verduras y frutas sin contaminantes en las huertas próximas a las ciudades.

Reconocen que cultivar un campo no es cuidar un jardín, que pagaron las consecuencias de su escaso conocimiento, pero que aprendieron a conciencia, porque tuvieron que “comerse” los primeros errores y esperar un año para resolverlos. Su consejo es empezar con poco y definir bien el proyecto ecológico, con certificados, o basado en la confianza y el compromiso social entre el productor y el consumidor. No obstante, para ellas, lo fundamental es la sostenibilidad del proyecto, que avance, que se convierte en un sostén sólido de vida. Lo que peor llevan son las trabas administrativas que hacen poco viable la agricultura ecológica, que en lugar de proteger al que cultiva sano, le penalizan, y facilitan las cosas a quien utiliza productos fitosanitarios potencialmente venenosos.

Los agricultores mayores de la agricultura convencional son grandes maestros.

Manuela Molina. Vine a Valencia de Almería, donde había estudiado Trabajo Social, hace ocho años, en uno de esos momentos de la vida en que vas buscando lugares que te aporten, proyectos que te aporten. Vine a pasar un verano, porque se me ofreció un proyecto de trabajo social con menores en Paterna, debido a mi formación en la materia.

Susana. Yo antes preparaba el doctorado en Feminismo, soy licenciada en Filosofía. Pero mi relación con la huerta es familiar. Mi padre y mi abuelo siempre han tenido naranjos en Godella. También he estado vinculada a la agricultura a través de las luchas sociales en defensa de l’Horta desde hace 20 años. Tuve la gran suerte de vivir la experiencia colectiva de defensa de la Pedanía de la Punta, hace ya 12 años. A mí aquello me tocó mucho porque, por un lado, nos dimos cuenta de lo la capacidad de los poderes hegemónicos para destruir algo; en este caso el Ayuntamiento, el Puerto y la Hidroeléctrica, grandes organismos. Al final acabaron arrasando la Punta. El pretexto fue la construcción de la ZAL, la Zona de Actividades Logísticas, una ampliación del puerto para apilar contenedores. Aquello no se ha realizado después de 12 años, pero se cimentó todo y se destrozó la huerta. Los que hemos vivido esto no lo contamos como una derrota, porque nos enseñó la manera de organizarnos colectivamente, en movimientos sociales y vecinales. Fue una experiencia muy chula de resistencia, y de tomar conciencia de lo que era luchar por la defensa de l’Horta.

Así que a mí se me metió en la cabeza que una de las maneras de defender la huerta era trabajándola. Aunque he de subrayar que no me hice agricultora desde una perspectiva política; a mí me gusta la huerta y de hecho estoy muy contenta con mi trabajo al aire libre, en un proyecto de agroecología que nos creemos. Hoy en día es un privilegio poder trabajar en lo que te crees y te gusta.

El Gran Salto hacia delante

Susana. Antes de dedicarme a la agricultura estuve trabajando en una asociación feminista varios años por las tardes, y eso me permitía estudiar y participar en las luchas sociales.

Cuando acabé el doctorado, decidí que era el momento de empezar un proyecto laboral de autoempleo. La alternativa era quedarme en la Universidad, hacer el CAP, el Certificado de Aptitud Pedagógica, y convertirme en profesora, algo que no me apetecía, no tenía vocación. Lo que me apetecía era empezar un proyecto de agricultura ecológica en la huerta de Godella, donde mi familia tenía tierras, estaba cerca de casa. Eso fue con treinta años, porque llevo cinco dedicándome profesionalmente a la agricultura.

Manuela. Aparte del trabajo social, he tenido muchísimos trabajos. Y en una de las ocasiones que me quedé en paro, estaba cerca de Susana, que me contagió. Nos conocíamos desde hacía algún tiempo, de los mismos movimientos sociales, principalmente el feminismo. En aquellas circunstancias contaba con tiempo libre. Al principio, empecé a venir de manera voluntaria, como mucha gente que se termina acercando a este tipo de proyectos. Y estando aquí, me empezó a picar el gusanillo, que ya tenía, porque provengo de una familia de campesinos, aunque no en un ámbito como la Huerta de Valencia, que tiene su idiosincracia particular, poco comparable con otro tipo de agricultura… Así que me fui, digamos que enamorando poco a poco de la Huerta de Godella, del proyecto; y fui implicándome cada día un poquito más. Llevo cuatro años, uno menos que Susana. Ella abrió el camino y yo dije, venga me voy contigo.

Una huerta no es un huertecito

Manuela. Empezar como lo hicimos nosotras, con poco conocimiento científico, y procediendo de profesiones ajenas al mundo de la agricultura, aunque lleváramos el campo en los genes y en el corazón, tenía unas consecuencias: éramos novatas de verdad. No se trataba de un huertecito. Las dimensiones de estos campos requieren formación, la que normalmente se adquiere en la infancia en casa de una familia de agricultores. Así que apostamos por empezar con poca formación, y confiar en que la experiencia nos enseñaría.

Teníamos la suerte de estar en una de las mejores escuelas, la propia Huerta, l’Horta. Aquí tenemos a los grandes maestros, que son los agricultores mayores. Pasan los días, los meses, las estaciones, los años, y ves los ciclos de la naturaleza. Lo que ignoras, lo preguntas, porque la gente de aquí es afable, a medida que va tomándote confianza. Poco a poco te das cuenta de que tienes ahí a los grandes científicos de la huerta, que no están en las universidades, aunque allí también los hay. Estos son científicos anónimos.

¿A pesar de que ellos hagan cultivo tradicional?

Manuela. Efectivamente. Pero también hay otros compañeros que se dedican a la agricultura ecológica, organizados en asociaciones como Ecollaures  o movimientos reivindicativos de l’Horta. Hemos conectado con las dos opciones, y hemos cogido las dos perspectivas. Hay quien se gasta 10.000 euros en un máster, o yéndose a Brasil diez años. Nosotras nos hemos gastado las manos, el cuerpo y el alma en formación práctica. La elección del camino ha sido nuestra. Quizá hemos perdido dinero y a veces tiempo… porque la huerta tiene una cosa, cuando te equivocas, para poder solucionar el error tienes que esperarte al año siguiente, el error te lo comes. Son soluciones dolorosas. Pero van pasando los años y vas adquiriendo experiencia. Todavía estamos en ello.

¿Qué aconsejaríais a un joven principiante en la agricultura ecológica, desde vuestra experiencia?

Susana. Hay que empezar con poco. Nosotras ahora llevamos seis campos en marcha y hemos recorrido un camino. Las dudas de quien empieza son siempre las mismas, qué cultivo y dónde lo vendo. Al principio da miedo porque no conoces el proceso. La clave está en plantearte bien el proyecto. Por ejemplo, qué tipo de venta quieres hacer, una variedad de verduras para distribuir localmente en cajitas, venta directa, “canales cortos de comercialización” es como se dice, para evitar intermediarios; intercambiar con otros agricultores que tengan lo que tú no cultivas, para incluirlo en las cajas que vendes…

Para leer la entrevista entera: http://agroicultura.com/general/agrofever-susana-y-manuela/

Fuente: Entrevista y fotos realizadas por Fernando Bellón publicado en la revista Perinquiets. 

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